El postoperatorio de la cirugía refractaria con LASIK es rápido. Aun así, es necesario que finalice el proceso de cicatrización de la córnea (aproximadamente un mes).
Es importante seguir una serie de consejos para evitar posibles complicaciones, especialmente el de que se produzca una infección:
Transcurridas 24 horas desde la cirugía LASIK, se puede hacer vida normal y utilizar los ojos todo lo que sea necesario. Pero no está de más seguir las siguientes recomendaciones:
Esta mala calidad del aire puede afectar nuestra salud, y aunque las enfermedades respiratorias son las más habituales, es importante recordar que la polución también puede afectar nuestros ojos.
La alta concentración de polución producida por el humo de los coches y autobuses, incendios, los compuestos químicos de fábricas e industrias, la contaminación producida por calefacciones, así como el polvo y polen; contribuyen al incremento de padecimientos oculares como: irritación en los ojos, enrojecimiento, lagrimeo, sensación de quemazón y escozor.
Los climas áridos y las condiciones de baja humedad aumentan los riesgos de padecer ojo seco; así mismo, los altos niveles de contaminación también incrementan la posibilidad de presentar este síndrome, al no producir la cantidad necesaria de lágrimas para mantener lubricados nuestros ojos, lo que causa irritación y picazón.
Debido a que la contaminación atmosférica afecta principalmente la membrana que cubre los párpados, esta presenta una reacción inflamatoria acompañada de ojos rojos, ardor y sensación de un cuerpo extraño, al verse afectada por agentes contaminantes.
Este es otro de los problemas oculares causados por la contaminación del aire, la cual provoca inflamación del tejido que cubre la parte blanca del ojo (conjuntiva) y del interior de los párpados, causando lagrimeo y enrojecimiento del globo ocular.
Para prevenir estas dolencias oculares provocadas por altos niveles de contaminación, te dejamos esta serie de recomendaciones, las cuales harán más sencillo protegerte:
No dejes que la contaminación afecte tu salud visual. Una higiene adecuada y el uso de lentes protectores te ayudarán a lograrlo.
Detectar anomalías visuales en los niños es de suma importancia para garantizar la correcta salud ocular de los más pequeños. Por ello, vamos a repasar algunos de los test visuales infantiles más comunes.
Son muchos los test visuales para niños cuyo objetivo es determinar la agudeza visual o si existe algún tipo de deficiencia en la vista. Sin embargo, los 3 test que describimos a continuación son los más frecuentes en consulta oftalmológica.
Lo que se consigue con este examen ocular es medir la agudeza visual de los niños. Puede realizarse en edades muy tempranas y las garantías de éxito en el diagnóstico son elevadas.
El especialista le muestra al menor una serie de dibujos que el pequeño reconocerá con facilidad. En primer lugar, se muestran las imágenes a gran tamaño, para averiguar si el niño las identifica todas y posteriormente se va mostrando cada dibujo en tamaños más reducidos.
El paciente debe ir contando qué es lo que ve en cada una de las imágenes y el oftalmólogo irá analizando su expresión y los gestos que va realizando.
El examen se realiza a unos 4 o 5 metros de distancia de las imágenes y se lleva a cabo primero con un ojo y luego con el otro.
El procedimiento del examen oftalmológico es similar al que se lleva a cabo con el Test de Pigassou, pero en este caso, en vez de varias figuras diferentes, solo se muestra la letra “E” al niño.
Algo curioso es que no resulta necesario que el menor sepa identificar la letra ni que comprenda lo que muestran los dibujos. El oftalmólogo mostrará la letra “E” en varias posiciones y el niño tendrá que indicar la orientación de la misma.
Si la revisión oftalmológica se está realizando a un niño muy pequeño se le puede pedir que indique con su dedo pulgar hacia qué lado miran las patitas de la letra.
El último test visual infantil está indicado para pacientes muy pequeños. Suele llevarse a cabo en niños de entre 6 meses y 2 años de edad. Por lo tanto, es muy probable que se realice durante la primera revisión de la vista infantil, que se recomienda llevar a cabo a edades muy tempranas.
El examen consiste en enseñar al niño unas láminas que tienen rayas blancas y negras sobre un fondo gris. Las franjas cada vez son más finas, por lo que llega un momento en el que el menor deja de seguirlas con la mirada. El especialista observa al niño a través de un orificio, para comprobar que sigue con la mirada la secuencia de imágenes. Cuando el paciente deje de girar la cabeza se podrá determinar la agudeza visual del pequeño.
Es importante realizar este test visual con cierta rapidez, para evitar que el niño pierda la concentración durante el proceso.
El desprendimiento de retina se da cuando el tejido sensible a la luz (retina) que se encuentra detrás del ojo se ha movido del sitio en que debería estar.
Entre más tiempo se encuentre el tejido fuera de su lugar, más grande es el riesgo en que la vista quede afectada de manera permanente.
Los síntomas que se presentan son:
Es importante que acudas con un médico oftalmólogo para revisión diagnóstica y te ayude a detectar si padeces de desprendimiento de retina del ojo. Si aún no tienes ningún síntomas es preferible que acudas a revisiones periódicas para evitar cualquier tipo de problema visual.
Los traumatismos oculares pueden estar provocados por múltiples causas, desde golpes y contusiones con objetos romos a alta velocidad a perforaciones causadas por objetos perforantes o a causticaciones por productos químicos. Los tratamientos irán, según el tipo de traumatismo, desde gotas antibióticas hasta a complejas intervenciones quirúrgicas.
Tenemos dos tipos de traumatismos: el traumatismo ocular cerrado y el traumatismo ocular abierto.
Es lo que se denomina una contusión ocular, y se produce cuando un objeto romo, como una pelota de pádel, de tenis o de golf, incide o golpea a alta velocidad sobre la superficie del ojo y puede dañar diversas estructuras.
Los daños pueden incluir:
Un traumatismo ocular abierto es lo que se denomina una perforación ocular. En estos casos, ya hay una pérdida de continuidad del globo ocular, que puede provocar una salida de su contenido. Son casos muy graves que deben intervenirse de urgencias y en los que puede incluso haber cuerpos extraños dentro del ojo, y el riesgo de infección es muy alto. La mayoría de estos pacientes terminan con una pérdida de visión muy importante.
Es fundamental que cualquier paciente frente a un traumatismo ocular acuda de urgencia para visitarse con el oftalmólogo, que le realizará una exploración completa, desde la agudeza visual, la presión del ojo, y el fondo del mismo bajo dilatación.
Hay pacientes a los que, por opacidad de medios, por una gran inflamación, o por una hemorragia, no podemos llegar a verles la retina, por lo que hay que realizar unas pruebas complementarias en la consulta, como es la ecografía, para valorar el estado de la retina.
Incluso en algunos casos es necesario solicitar un TAC del ojo para descartar una posible fractura de los huesos de la órbita, que son los que envuelven el globo ocular, confirmar que no haya lesiones en los músculos, o incluso descartar la presencia de un cuerpo extrañodentro del ojo.
El tratamiento de los traumatismos oculares varía en función del tipo de traumatismo:
En casos más graves, como los de perforación ocular, comentados anteriormente, deben intervenirse de urgencias por el elevado riesgo de infección y de pérdida del ojo, además del mal pronóstico visual.
La dacriocistitis es la inflamación causada habitualmente por una infección del saco lagrimal, debido a una obstrucción de la vía lagrimal.
Dolor, enrojecimiento y edema a nivel de la parte interna del párpado inferior (sobre el saco lagrimal), lagrimeo, secreción, fiebre ocasional o recurrente.
Edema doloroso y eritematoso localizado a nivel de la porción nasal del párpado inferior, que se extiende hacia la zona de la periórbita nasal. Cuando se hace presión sobre el saco lagrimal, puede haber salida de secreción mucoide o purulenta a través del punto lagrimal.
Otros signos pueden ser la formación de fístula (a menudo con punto de emergencia a nivel del tendón cantal medial) o un quiste en el saco lagrimal o mucocele, en especial en casos crónicos. Rara vez aparece como complicación una celulitis orbitaria o facial.
La más común es la obstrucción del conducto lacrimonasal, aunque también pueden producirla, con mucha menos frecuencia, otras condiciones como traumatismos faciales, cirugía nasal previa, tumoraciones.
Depende la gravedad de los síntomas y signos encontrados en la exploración del especialista. Requiere una exploración oftalmológica completa y, si es posible, la obtención de un cultivo de cualquier secreción obtenida del punto lagrimal.
Una vez que el proceso agudo haya cedido, puede considerarse el tratamiento quirúrgico, en especial en casos de dacriocistitis crónicas. Es el único tratamiento curativo de esta enfermedad, ya que, si no solucionamos la obstrucción, los episodios de infección se pueden repetir.
La miopía es una condición que ocurre cuando en ojos que tienen un mayor tamaño del normal las imágenes se enfocan delante de la retina y no sobre ella. Esto produce que la visión resulte borrosa en distancias lejanas y, también, una disminución importante de la agudeza visual.
Se habla de alta miopía o miopía magna cuando un paciente presenta más de 6 dioptrías. Este tipo de miopía se asocia a ojos todavía más largos, es decir, con una longitud axial muy larga. También se considera alta miopía si el paciente presenta un eje anteroposterior mayor de 26mm.
Este tipo de miopía afecta, a día de hoy, a un 2% de la población y, sigue en aumento en los países desarrollados, aunque no se han determinado las causas. La alta miopía, que acostumbra a aparecer durante la infancia y se estabiliza entre los 20 y los 30 años, puede llegar a causar ceguera legal en los casos más graves.
Este defecto refractivo supone un riesgo para la visión ya que puede derivar en patologías visuales más severas.
En este tipo de trastorno, cuanto más aumentan las dioptrías, más se alarga el ojo (longitud axial) y, mayor es el riesgo de que derive en trastornos visuales asociados.
Algunos de estos trastornos pueden ser:
En principio, no existe un tratamiento específico para la miopía magna y, en cualquier caso, debe de hacerse una valoración individual de cada paciente para establecer la pauta a seguir.
La visión borrosa, es decir el defecto de refracción, puede corregirse mediante el uso de lentes de contacto y/o corrección con gafas. Así mismo, se puede realizar una corrección de la visión sometiéndose a cirugía refractiva de la miopía con láser LASIK.
Así mismo, también existe la posibilidad de colocar lentes intraoculares (lentes fáquicas tipo ICL), que consiste en implantar una lente entre el iris y el cristalino. Esta técnica es reversible y conserva la córnea en su estado natural.
La cirugía de la miopía se realiza de forma ambulatoria, es decir, sin ingreso.
Hasta hace poco tiempo, no había ningún método eficaz para frenar la progresión de la miopía. Recientemente, estudios realizados en niños han demostrado que la ortoqueratología y el tratamiento con colirio de atropina a bajas dosis son los únicos tratamientos que consiguen reducir su progresión.
Por otro lado, se pueden tratar también las complicaciones que se derivan. Para ello es de vital importancia realizar un buen seguimiento oftalmológico.
Es decir, se deberá realizar controles de la visión periódicamente para facilitar el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos visuales asociados a la alta miopía. El diagnóstico precoz de estas complicaciones nos permitirá minimizar la pérdida de visión.
Así mismo, es importante recordar que la cirugía refractiva corrige la visión, pero no impide que los trastornos asociados a esta patología se desarrollen.
El ectropión es una malposición palpebral consistente en la eversión o giro del párpado hacia fuera que provoca que el párpado no se apoye sobre el ojo y este quede desprotegido.
Irritación ocular, enrojecimiento, lagrimeo, fotofobia y sensación de cuerpo extraño.
La causa más común es el envejecimiento que aumenta la laxitud de los tejidos, aunque hay otras causas como las traumáticas, cicatrizales, etc.
El paciente debe ser visitado por un cirujano oculoplástico para descartar complicaciones y decidir la técnica quirúrgica más adecuada de manera individualizada ya que a pesar de que la causa más frecuente es el envejecimiento puede implicar otras enfermedades más graves que requieran un tratamiento más específico.
Consiste en la corrección quirúrgica de la malposición palpebral para evitar complicaciones oculares como la ulcera corneal y la perforación de la misma. Se realiza de forma ambulatoria bajo anestesia local y sedación y los resultados son en la mayoría de los casos inmediatos con un postoperatorio bien tolerado.
El entropión es la eversión o giro del párpado hacia dentro, que provoca el roce de las pestañas con el ojo y, por tanto, irritación.
Esta eversión provoca irritación ocular, enrojecimiento, lagrimeo, fotofobia y sensación de cuerpo extraño.
Suele deberse a la laxitud de los tejidos por la edad, aunque hay otras muchas causas como las cicatrices, cirugías previas, traumatismos, tumores, etc.
El paciente debe visitarse con un oculista para descartar complicaciones y decidir la técnica quirúrgica más adecuada de manera individualizada.
Consiste en la corrección quirúrgica de la malposición palpebral para evitar complicaciones oculares como la ulcera corneal y la perforación de la misma. Se realiza de una forma ambulatoria, bajo anestesia local y sedación, y los resultados son en la mayoría de los casos inmediatos con un postoperatorio bien tolerado.
La blefaroplastia es una técnica quirúrgica con la cual se extrae el exceso de piel que hay a los párpados, normalmente en los superiores, pero también en los inferiores, y generalmente la utilizamos en procedimientos de cirugía palpebral extraer esta piel o bien por un motivo cosmético o bien por obtención de colgajos.
Cuando hablamos de blefaroplastia en general, nosotros hablamos de extraer piel, pero en la calle, en un contexto más general, se utiliza para denominar la cirugía estética de los párpados, que normalmente incluye no solo extraer la piel, sino también el exceso de grasa que hay en los párpados, lo que médicamente se conoce como lipectomía. Pero en la calle, en general, el término blefaroplastia se utiliza para denominar este procedimiento estético global.
Los pacientes, generalmente, piden una blefaroplastia porque se ven un exceso de piel provocado por el envejecimiento cutáneo. A veces, también dicen que les caen los párpados, cosa que no es realmente así, sino que lo que tienen es un exceso de piel en los párpados que les provoca esa sensación. Por eso, piden por una cirugía estética.
La blefaroplastia, en realidad, se puede llevar a cabo a cualquier edad. Sin embargo, dependiendo de la finalidad de la intervención se realizará a más o menos edad. Cuando se lleva a cabo con finalidades cosméticas, no se suele realizar antes de los 35 años. En estos casos, se realiza a gente con un envejecimiento cutáneo, y este envejecimiento no se produce generalmente hasta a partir de los 35 o 40 años de edad.
Pero este procedimiento puede ser necesario para otras finalidades que pueden requerir llevarla a cabo independientemente de la edad. La blefaroplastia se puede utilizar en patología para corregir, por ejemplo, defectos tumorales y obtener la piel en exceso para colocarla en el lugar donde había el tumor.
Cuando hacemos una blefaroplastia cosmética, lo que hacemos es marcar la cantidad de piel que queremos extraer, teniendo en cuenta que el paciente, después de la cirugía, pueda cerrar el ojo correctamente. Y con la cirugía extraemos este exceso de piel y lo suturamos de la manera más precisa posible porque la cicatriz quede escondida estéticamente al pliegue del párpado y no se vea.
Los resultados de la blefaroplastia no son visibles inmediatamente. Es decir, los pacientes a veces el que pretenden es ver rápidamente los resultados. Pero las primeras semanas, el paciente tiene el párpado bastante morado y trae las suturas. Por lo cual, el resultado no es visible en aquel momento. Tenemos que esperar como mínimo dos o tres semanas, incluso, en algunos casos, hasta cuatro semanas a que desaparezca la inflamación, el edema y sobre todo el morado, porque se puedan ver los resultados que el paciente pretende.